Masa madre
Ingredientes
Día 1
- 1 dl de agua
- 0.5 dl de harina de trigo
- 0.5 dl de harina de centeno
Día 2
- 1 dl de agua
- 0.5 dl de harina de centeno
- 0.5 dl de harina de trigo
Día 3
- 1 dl de agua
- 0.5 dl de harina de centeno
- 0.5 dl de harina de trigo
Equipo
- frasco de vidrio de 0.6 l con tapa
Instrucciones
Preparación
Asegúrate de que el frasco en el que pondrás la masa madre esté bien limpio y esteriliza el frasco en un horno caliente a 300°F/150°C durante unos 15 minutos. Si la tapa tiene una junta de goma, hiérvela en agua para eliminar completamente las bacterias.
Día 1
Vierte agua tibia en un frasco de vidrio cuidadosamente limpio con tapa (que contiene aproximadamente 6 dl). Añade 0.5 dl de harina de trigo y 0.5 dl de harina de centeno. Revuelve con un tenedor hasta obtener una mezcla bastante viscosa y suave. La cantidad de agua y harina no tiene que ser exacta, lo importante es que termines con una consistencia similar a la de una masa espesa para panqueques.
Guarda la masa madre a temperatura ambiente con la tapa entreabierta para que las bacterias del aire lleguen a la mezcla.
Día 2
Con suerte, ahora hay algunas burbujas de aire en la masa madre y puedes percibir un aroma suave y aromático. No te preocupes, aún no ha comenzado, el proceso puede tardar uno o dos días dependiendo de la temperatura ambiente y el tipo de harina que hayas usado.
Alimenta la masa madre con 1 dl de agua, 0.5 dl de harina de centeno y 0.5 dl de harina de trigo y revuelve. Guarda a temperatura ambiente con la tapa entreabierta.
Día 3
Alimenta la masa madre con 1 dl de agua, 0.5 dl de harina de centeno y 0.5 dl de harina de trigo.
Revuelve y guarda a temperatura ambiente con la tapa entreabierta.
Día 4
Ahora la masa madre, con suerte, está lista para ser usada en la cocción. Por cada día que alimentas tu masa madre, tarda menos tiempo en comenzar a burbujear. Una masa madre saludable y madura generalmente comienza a burbujear 2–3 horas después de alimentarla.
Intenta agitar o mover suavemente el frasco y notarás que casi se mueve por sí solo. Hay vida dentro y ahora puedes comenzar a hornear pan de masa madre con ella.
¡Por favor, ten en cuenta! No olvides alimentar tu masa madre el día antes de que vayas a hornear con ella. Sin embargo, no la alimentes inmediatamente después de haber horneado con ella a menos que planees hornear con ella también al día siguiente.
Almacenamiento
Guardar la masa madre en el refrigerador puede ralentizar el proceso de fermentación, lo cual es útil si quieres conservar tu masa madre o masa por un período prolongado sin tener que alimentarla regularmente. Cuando se guarda en el refrigerador, el proceso de fermentación se ralentiza significativamente, por lo que no necesitarás alimentar tu masa madre con tanta frecuencia. Sin embargo, ten en cuenta que las bajas temperaturas también pueden debilitar un poco la estructura del gluten, lo que podría afectar la textura del pan final si se almacena en el refrigerador por demasiado tiempo. Si planeas usar tu masa madre en una semana aproximadamente, está bien mantenerla en el refrigerador. Solo asegúrate de devolverla a temperatura ambiente y alimentarla antes de usarla en tus recetas.




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