Desentrañando la historia y el arte de hacer croissants
Los croissants tienen una historia compleja y es cierto que se originaron en Austria en el siglo XVII con el nombre de "kipferl". El pastel se creó para conmemorar la derrota del Imperio Otomano durante la Batalla de Viena en 1683. Sin embargo, el croissant tal como lo conocemos hoy, con sus capas mantecosas y hojaldradas, es una creación claramente francesa.
Croissants fueron llevados a Francia en el siglo XIX, donde los panaderos franceses los desarrollaron y popularizaron aún más. La versión francesa de la masa utiliza masa laminada, que se elabora colocando capas de mantequilla y masa y luego enrollándolas y doblándolas varias veces. Esta técnica, conocida como "laminado", crea las capas escamosas y mantecosas que son características de los croissants.
En Francia, los croissants se convirtieron en un pastel básico en pastelerías y panaderías, y ahora se consideran un pastel francés por excelencia. A menudo se asocian con la cultura y la cocina francesas, y personas de todo el mundo los disfrutan.
Hacer croissants en casa puede ser un trabajo de amor, ya que la masa debe prepararse, enrollarse, doblado y enfriado varias veces antes de que esté listo para darle forma y hornearlo. Sin embargo, el resultado es una masa hojaldrada y mantecosa que vale la pena.
Los croissants generalmente se comen en el desayuno o como refrigerio y, a menudo, se combinan con café o té. También se pueden rellenar con una variedad de ingredientes dulces o
En conclusión, los croissants son un pastel delicioso que tiene una rica historia y un lugar querido. en la cultura francesa. Hacer croissants en casa puede llevar mucho tiempo, pero el resultado final merece la pena. Son perfectos para el desayuno o la merienda, y pueden rellenarse con ingredientes dulces o
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